miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿QUÉ POSIBILIDAD NOS DA LA ATENCIÓN?

¿QUÉ POSIBILIDAD NOS DA LA ATENCIÓN?

Es la atención la que da la posibilidad de ver.

jeanne de salzmann


LA ESENCIA Y LA PERSONALIDAD

LA ESENCIA Y LA PERSONALIDAD

El hombre, tal cual es, no es un artículo auténtico.

Es la imitación de algo y hasta una muy mala imitación.

Imagínense a un científico de un remoto planeta que reciba de la tierra muestras de flores artificiales, sin saber nada de las flores verdaderas.

Le será extremadamente difícil el definirlas -explicar su forma, su color, el material del que están hechas, es decir, alambre, algodón, y papel coloreado- y el clasificarlas en cualquier forma.

La psicología se encuentra en una posición muy similar en relación con el hombre.

Tiene que estudiar a un hombre artificial, sin conocer al hombre real.

Ciertamente, no es fácil estudiar a un ser como el hombre, cuando él mismo no sabe lo que es real ni lo que es imaginario en él.

Por esta razón la psicología tiene que comenzar por separar lo que es real de lo que es imaginario en el hombre.

Es imposible estudiar al hombre como un todo, porque el hombre está dividido en dos partes: una que, en algunos casos, puede ser casi toda real y la otra parte que, en algunos casos, puede ser casi totalmente imaginaria.

En la mayoría de los hombres corrientes estas dos partes están entremezcladas y no se pueden distinguir fácilmente, aunque ambas estén allí y ambas tengan su propio significado y efecto.

En el sistema que estamos estudiando, estas dos partes son llamadas esencia y personalidad.

La esencia es lo innato en el hombre.

La personalidad es lo adquirido.

La esencia es lo que le es propio.

La personalidad es lo que no le pertenece.

Ouspensky


QUÉ ES LA ATENCIÓN

¿QUÉ ES LA ATENCIÓN?

La atención es la fuerza consciente, la fuerza de la conciencia.

Es una fuerza divina.

jeanne de salzmann

                                                                                    

lunes, 19 de octubre de 2015

¿QUÉ PODRÍAMOS CONTROLAR?

¿QUÉ PODRÍAMOS CONTROLAR?
Por: Ouspensky

En cualquier momento dado hay cosas que podríamos controlar, pero no controlamos por pereza, falta de conocimiento, sospecha o algo más.

Debemos pensar sobre estas cosas: ése sería el recto pensar.
                             
Traten de descubrir sus dificultades personales.

No quiero decir dificultades de índole externa, sino dificultades interiores: rasgos personales, inclinaciones y rechazos personales, actitudes, prejuicios, actividades que pueden detener su entendimiento e impedirles trabajar.

Todas las dificultades con las que pueden encontrarse, en su trabajo personal pueden dividirse, a grandes rasgos, en tres categorías o clases.

Primero que todo, las emociones negativas.

Para algunas personas éste es el primero y tal vez el principal punto, de modo que aquéllas deben empezar con el estudio de las emociones negativas y con el estudio de los métodos de no identificación.

Algunas personas no pueden abstenerse de ser negativas, generalmente en alguna dirección particular y cuando las emociones negativas se tornan endurecidas y permanentes, habitualmente detienen toda clase de trabajo; todo se vuelve mecánico y una persona no puede progresar.

El segundo punto es la fantasía, particularmente la imaginación negativa, pues es tan mala como las emociones negativas.

Con imaginación no quiero decir soñar quimeras; más bien me refiero a imaginar cosas que no existen ni en uno mismo ni en los demás.

Todo el mundo debe tratar de descubrir esta clase de imaginación en sí mismo y las cosas particulares a las cuales se refiere.

El tercer punto es el pensar formativo y el hablar formativo.

Si uno no tiene un cuadro de lo que es formativo y de lo que no lo es, no podrá progresar.

Es necesario obtener este cuadro.

Es muy útil encontrar algunos buenos ejemplos de pensamiento formativo y mantener estos ejemplos en la mente.

Entonces, no será difícil reconocerlo cuando se sorprendan pensando formativamente o escuchen que algún otro “yo” está hablando formativamente.

Estas son las principales clases de dificultades que tienen que descubrir en ustedes mismos.

Para una persona, una cosa es más permanente; para otra persona, otra.

Después, probablemente, descubran muchas más cosas, pero al comienzo descubrirán que, a grandes rasgos, es una de éstas.

Uno puede tener una dificultad que es muy urgente y todo el mundo puede descubrir cuál de éstas tres le pertenece.

Debe descubrir contra qué es más imperioso luchar y concentrarse en eso.

Deberá haber razones para decidirse por uno u otro, pero los tres se refieren a todo el mundo.

Para la mayoría es necesario empezar con las emociones negativas.

Para algunos otros es necesario empezar con la imaginación, pues inventan cosas y de ese modo nunca llegan a las cosas reales.

E incluso para otros es necesario luchar con el pensamiento formativo, pues si no lo hacen, permanecerán siempre en el mismo lugar”.

Ouspensky


MOMENTOS DE ATENCIÓN

MOMENTOS DE ATENCIÓN
Por: Ouspensky

P. ¿Los momentos de atención dependen de la ausencia de distracción?

R. Siempre hay distracción, sólo que debemos tener control.

Si confiamos en las circunstancias, el trabajo será en las partes medias o emocionales de los centros, no en las interiores o intelectuales.

ATENCIÓN DIRIGIDA………

Si es en las partes interiores o intelectuales, necesitará atención dirigida.

Nuestros centros están allí, plenamente desarrollados, esperando ser usados, pero no usamos sus partes internas o superiores.

Ouspensky



PARA DESARROLLAR LA FUERZA CONSCIENTE

PARA DESARROLLAR LA FUERZA CONSCIENTE
Por: Jeanne de salzmann

La observación de sí es la función del amo.

Por el momento, no tenemos más que una atención, dirigida ya sea sobre el cuerpo, ya sea sobre la cabeza o el sentimiento.

Con la voluntad del hombre número 1, 2 y 3, y con toda la concentración posible, sólo podemos controlar un centro.

Sin embargo, podemos hacer un esfuerzo y la observación fortalece la atención y aprende a concentrarse mejor.

Uno puede entonces recordarse de sí mismo y, si uno trabaja esto concienzudamente, puede ver lo que hace falta.

Hay dos clases de acción: la automática y la voluntaria.

Querer es lo más importante y lo más poderoso en el mundo, porque permite tener UNA ACCIÓN que no es automática.

Podemos, por ejemplo, tomar algo que deseamos hacer, que no somos capaces de hacer, y volverlo nuestra meta, sin dejar que nada se interponga.

Es nuestra meta única.

Si uno “quiere”, uno puede.

Sin querer jamás se podrá.

Con un querer consciente, todo puede ser obtenido.

Necesito desarrollar UNA ATENCIÓN VOLUNTARIA, es decir, una atención consciente, una fuerza más grande que mi automatismo.

Necesito sentir su falta y tener una atención activamente puesta sobre mí, sobre mi estado, sobre LA RELACIÓN entre mi pensamiento y mi cuerpo.

Siento que ese querer no es mi voluntad habitual, VIENE de un sentimiento nuevo, desconocido.

Una fuerza consciente no puede ser automática.

Solo una atención voluntaria, ese movimiento consciente, que es la apertura a una fuerza superior, tiene el poder de superar el automatismo; ese movimiento consciente, por tanto voluntario, tiene el poder de superar el automatismo.

Pero para eso la atención debe estar siempre ocupada voluntariamente.

Ella puede ser más o menos fuerte, puede disminuir, pero apenas cesa de ser voluntaria, es tomada.

Yo vuelvo a ser fragmentado, y el automatismo recomienza.

La apertura a una fuerza superior debe llegar a ser constante.

Aprendo a tener una sensación continua de mí... al caminar, al trabajar.

Mi atención está completamente ocupada.

Todo el tiempo siento y vuelvo a sentir mi Presencia y al mismo tiempo aparto las asociaciones; mi atención no les permite invadirme.

Tengo la sensación y el sentimiento de mi Presencia, la atención está sobre la sensación.

La cabeza vigila, la atención está ocupada totalmente en mi experiencia.

No me represento nada con palabras o imagenes.

La visión es lo más importante.

Ella sostiene la relación y permite que se forme la energía.

El cuerpo rechaza su manifestación automática porque siente la calidad de esa fuerza.

Se somete a ella para recibir su acción y permitir que se intensifique.

Hay una lucha: una fuerza debe tomar la autoridad y la otra debe aceptarlo.

Todo lo que está disperso se concentra.

La atmosfera se recoge por si misma.

Hay entonces una sensación definida y en cierto momento me siento animado por una energía nueva, un sentimiento de ser.


jeanne de salzmann

EL EJERCICIO DE LA ATENCIÓN DIVIDIDA

EL EJERCICIO DE LA ATENCIÓN DIVIDIDA
Por: jeanne de salzmann

Podría decirse que la actitud que tomamos, nuestra posición interior y exterior, es a la vez nuestra meta y nuestro camino.

Estoy aquí y veo mi actitud física, veo que en esta posición habitual mi atención
es prisionera de la actitud de mi cuerpo.

No soy libre.

Trato de cambiar mi posición.

Le pido a mi cuerpo que se libere de sus tensiones, que entre en una actitud nueva sin tensión alguna.

Mi espalda muy recta; los brazos, la cabeza, sin la menor tensión.

La respiración, entonces, tiene más fuerza, está libre.

Pero es como si la respiración, aunque es esencial, fuera un acto insuficiente; experimento la necesidad de abrirme más profundamente.

Cuando vuelvo mi atención desde mi pensamiento para entrar en contacto con mi cuerpo, mi pensamiento se abre.

No son ya las mismas células las que vibran, las que están en movimiento mientras están comprometidas en mi pensamiento habitual.

Es una parte del pensamiento capaz de una relación con una energía más sutil, más pura.

Es una energía de un nivel más alto, que Gurdjieff explicaba que está constituida por el pensamiento real, la oracion de ciertos seres.

Necesito un vínculo con ese nivel y, para crearlo, necesito como un hilo que alcance tan alto como mi pensamiento lo permita.

Puedo, entonces, como aspirar, o más bien succionar, la energía y dejar que ella pase a traves de ese hilo.

Como ejercicio, divido mi atencion en dos partes iguales.

La primera mitad la dirijo hacia la sensación del proceso de la respiración.

Siento que cuando inhalo el aire, la mayor parte, después de pasar a través de mis pulmones, vuelve a salir, mientras que una pequeña parte se queda allí y se asienta en mí.

Siento que ella penetra en el interior como si se expandiera a través de todo el organismo.

Como sólo una parte de mi atención está ocupada en observar la respiración, todas las asociaciones continúan siendo notadas por la parte libre de mi atención.

Dirijo entonces la segunda parte de mi atención hacia mi cerebro para tratar de observar claramente todo el proceso que allí se lleva a cabo; y comienzo a sentir ese desapego de las asociaciones, algo muy fino, casi imperceptible.

No se lo que es, pero lo veo aparecer: liviano, tan delgado que nadie lo siente la primera vez, sino sólo cuando la práctica me ha dado la sensación de ello.

Al mismo tiempo, la mitad de mi atención permanece ocupada en la respiración y siento los dos a la vez.

Dirijo mi atención para ayudar a ese algo fino en mi cerebro a escurrirse, o más bien volar directamente, hacia el plexo solar.

Lo que pasa en el cerebro no es importante.

Lo que es importante es que eso que aparece en él debe fluir directamente hacia el plexo.

Conscientemente, me concentro allí abajo y al mismo tiempo siento que respiro.

Ya no tengo asociaciones.

Y siento, más plenamente, que «Yo soy», «Yo puedo» y «Yo puedo querer».

Del aire y del cerebro recibo el alimento para los diferentes cuerpos y veo con seguridad las dos fuentes reales de donde puede nacer el «Yo».

La práctica de este ejercicio puede aportar la posibilidad de un pensamiento activo, y con un pensamiento activo, el «Yo» puede llegar a ser más fuerte.

jeanne de salzmann