sábado, 31 de enero de 2015

LA ATENCION: UN INSTRUMENTO DE CONTACTO

LA ATENCIÓN: UN INSTRUMENTO DE CONTACTO

Quiero tener la experiencia del hecho de que existo;  no solo como un cuerpo,  un animal o una máquina, sino como un ser humano.

Mis pensamientos y mis emociones están en el mismo nivel que los de un animal.

Cuando mi atención se vuelve hacia mí misma, descubro que nunca soy consciente, que nunca estoy despierta.

No se que existo o cómo existo.

Simplemente lo olvido. 

Toda mi vida pasa sin que yo tenga la experiencia de lo que es más importante.

Cuando trato de volver mi atención hacia mi misma, veo que es difícil y de hecho casi nunca lo hago. 

Mi atención siempre va hacia algo que no es yo, que no es lo que soy.

Entonces el primer paso es pensar  “existo”, pensar en el hecho de existir.

Si ese pensamiento no viene, no me acordaré nunca de mi existencia.

Pero el pensamiento solo no es suficiente, no es una experiencia.

Sólo mi pensamiento  esta presente. 

Para recordar que existo, debo también quererlo.

Pero no quiero nada, no me interesa.

Si realmente lo veo, hay un impacto.

Empiezo a comprender que mi sentimiento no me obedece y que no tengo ningún poder sobre él.

Ni siquiera me doy cuenta de que considero mi existencia como un hecho cumplido.

No sé lo que quiere decir existir como un ser humano.

No me doy cuenta de que existo y por consiguiente no sabré nunca por qué, por qué razón, y nunca sabré cómo existo. 

Debo tener esa experiencia, debo saberlo;  mi existencia debe ser consciente; de otra manera, no tiene ningún sentido.

¿Qué quiere decir Saber?, ¿tener una experiencia?

Debo ver que mi pensamiento no es suficiente, que nunca tendré la experiencia de algo pensándolo.

Debo aportar más de mí misma a mi presencia,  pero ¿cómo?

Necesito ver que lo que falta es UNA CONEXIÓN con mi cuerpo, sin esa conexión estoy atrapada en pensamientos o emociones cambiantes que abren paso a la fantasía. 

Y mi cuerpo, o es mi enemigo, obligado a pagar por todos mis pensamientos y mis emociones. 

Y sin embargo mi cuerpo podría ser EL MEJOR SOPORTE para tener la experiencia de mi existencia.

Está en el nivel de la tierra y toma su fuerza de ella.

La acción de nuestra vida está en ese nivel, en esa esfera, no allí arriba, en el aire.

Debo sentir mi cuerpo en la tierra, en el piso.

Lo hago a través de LA SENSACIÓN: sintiendo su peso, su masa y, más importante aún, sintiendo que hay dentro de él una fuerza, una energía.  

UNA COMUNIÓN………

A través de LA SENSACIÓN, necesito sentir una conexión con mi cuerpo tan profunda que se transforma en UNA COMUNIÓN.

Más  adelante veremos que hay sensaciones y sensaciones.

Pero por el momento, necesito reconocer que LA SENSACIÓN ES UN INSTRUMENTO DE CONOCIMIENTO, un instrumento de contacto conmigo misma.

Si quiero saber que existo, debo sentir la fuerza y la energía en mí a través de ese contacto.

Por ejemplo, si quiero conocer la calidad de mi pensamiento, debo entrar en contacto con ella a través de una cierta sensación. 

Y es igual con la energía del cuerpo y la energía del sentimiento.

Necesito tener UNA SENSACIÓN, no solamente de la carne, de las tensiones, sino una sensación interior DE LA ENERGÍA, una sensación de que mi cuerpo está vivo.

Tener una sensación voluntaria es muy difícil.

Nada en la vida nos da una sensación interior salvo, excepcionalmente, el impacto proveniente, por ejemplo, de un peligro o de UNA GRAN PENA.

No tengo una sensación a menos que algo me fuerce a ello.

Si no hay dolor, me olvido de que tengo un estómago.

Pero para conocer el estado de las energías en mí, necesito tener una sensación que sea VOLUNTARIA.

Un hombre consciente tendría una sensación permanente de sí mismo y siempre sabría cómo está interiormente.

Así que nuestra primera meta es DESARROLLAR UNA SENSACIÓN INTERIOR.

Jeanne de Salzmann 



ATENCIÓN

ATENCIÓN                     

P. ¿Nos es posible, como somos, prestar atención a algo sin estar identificados?

R. Ciertamente.

Sólo que usted debe distinguir entre atención e identificación.

La atención puede ser controlada; la identificación es mecánica.


P. ¿Usted dijo que tenemos tres clases de atención?

R. No.

La atención es una sola; no hay otra atención.

Pero a veces usted puede actuar sin atención: puede hacer muchas cosas, incluso cosas normales, lógicas, sin atención alguna.

En otros casos, la atención es atraída y mantenida por la atracción de la cosa misma, y en el tercer caso la atención es controlada.


P. Descubro que si controlo mi atención siquiera por breve tiempo, no puedo imaginar.

R. Enteramente cierto, porque la imaginación sigue en las partes mecánicas de los centros, sin la atención.

Si la atención se fija en algo, la imaginación se detiene.


. ¿No es muy fácil para la atención controlada convertirse en identificación?

R. No, son muy diferentes.

Una es el máximo de control, la otra es el mínimo de control.

No hay posibilidad de control en la identificación.


P. ¿Uno puede estimular al centro intelectual para que trabaje?

R. Cultive la atención.

Verá que entonces eso da resultados diferentes. Piense con atención.

No se deje pensar mecánicamente.

El pensamiento mecánico se transforma en imaginación.
                           

P. ¿Por qué es tan difícil controlar la atención?

R. Por falta de hábito. Estamos demasiado acostumbrados a dejar que las cosas ocurran.

Cuando queremos controlar la atención o algo más, lo hayamos difícil, tal como el trabajo físico es difícil si no estamos acostumbrados a él.

ouspensky







DESARROLLAR LA ATENCIÓN

DESARROLLAR LA ATENCIÓN

La mente, cuerpo y sentimiento necesitan unirse para que surja una nueva vida o energía.

Incluso lo experimento de vez en cuando.

Pero después aparecen las dudas, como si yo tuviera una mente diferente o como si faltara alguna luz.

Entonces prevalece la confusión, o en todo caso una falta de conexión.

Es necesario seguir practicando y quedarse enfrente.

Más específicamente, me dijo que trabajara dos o tres veces al día, durante más o menos veinte minutos cada vez, para establecer la conexión entre la mente y el cuerpo, a fin de que una parte superior de la mente se abra.

"Cuando la conexión no esté allí, diga: `Amor, ten piedad'.

La energía superior que viene de la parte más alta de la mente es Amor".

Dijo "Amor" como si dijera "Señor".

Escuché cuidadosamente.

Lo repitió dos veces más, y volví a oír "Amor".

Yo no lo esperaba, y me sorprendió.

Amor, ten piedad.

Se nos habla de la falta de conexión entre el cuerpo y la mente, de la atención que aun no es muy fuerte, de la energía superior que viene de arriba de la cabeza, con la que uno necesita estar conectado y de la necesidad de quedarse frente a la falta de conexión.

Lo que se ve es el estado en el que está la persona, y comienza desde allí.

Muy pronto, por supuesto, se desea que la persona realice la práctica necesaria para conectarse con lo verdadero.

"El ejercicio más importante es tener el cuerpo tan relajado como sea posible en cada situación.

Durante el trabajo en silencio no debería haber tensión.

Esto permitirá la conexión con la energía superior.

Es posible que usted no pueda hacerlo, pero esté abierto a ello.

Si no hay conexión, quédese frente a la falta de conexión.

Cuando esté haciendo cualquier otra cosa, mantenga una sensación del cuerpo.

Lo que se necesita es desarrollar la atención.

Jeanne de Salzmann